Delante mío la pradera y el bosque seguían allí, su esplendor intacto, sino acrecentado. Quise sentarme, tan sólo un momento para poder observar tan hermoso paisaje y permitirle restablecer mis energías. Pero mis patas traseras me hicieron saber que todavía sentían la aspereza estéril del desierto detrás. Si me sentaba ahora, lo haría allí donde no quería estar. Avancé entonces. Hacia adelante, hacia el verde y el rojo, el naranja, el blanco y el azul. Hacia la luz y el calor.
No puedo decir por qué cerré mis ojos. Sentí que debía avanzar mas no mirar; llegar sin saber; confiar. Aún con mis ojos cerrados volví a detenerme, no hacía falta abrirlos: mis patas delanteras sentían la dulzura, mis patas traseras la amargura. Continuar, debía continuar. Me dejé guiar por mis oídos, por mi olfato, por mi corazón y por la razón. Me acercaba. Me acercaba, podía sentirlo. Lo sabía, sin dudarlo un instante.
Tuve que abrir los ojos, no pude evitarlo. Más aún, giré mi cuello hacia atrás antes de hacerlo. Tampoco sé por qué. Al abrir mis ojos el yermo se extendía por siempre, desde la punta misma de mis patas traseras hasta el horizonte. Lejos, muy lejos, allá de donde yo provenía. Sentí la desazón y la angustia, la desesperanza y el vacio. Todo era gris, todo carecía de vida ¿Qué podía hacer más que llorar? Llorar y desistir. Recordé entonces a las aves; a la aves, a las flores, a los árboles y a la brisa. Volví a girar mi cuello y lo vi todo allí, delante de mí.
Corrí y me detuve, y volví a correr y volví a detenerme. Me cansé, descansé y continué. Los músculos me dolían y el corazón me ardía. Corrí y me detuve; me cansé, descansé y continué.
Ahora puedo verlo con claridad. Allí adelante mío, no cerca y sin embargo no lejos: la pradera más hermosa que haya visto jamás, de la más deliciosa hierba y un sinfín de colores; un bosque cerrado y a la vez luminoso, rebosante de pájaros cantores que ríen de flor en flor. Mi bosque, mi pradera, mis pájaros mis flores. Tan cerca, tan cerca ahí delante.
Autor Javier Banchii
Exceelente.
¡Gracias!
es una vida hermosa y expresiva …